Diego Rubio, ciclista del Caja Ávila-Hotel Cuatro Postes, se impuso ayer por la tarde, con un tiempo de 1:26:17, en la vigésimo cuarta edición del Gran Premio San Juan Degollao-Trofeo Julio Boal, carrera destinada a corredores de la categoría cadete. En el podio, acompañaron al abulense, Efrén Carazo, del Stop Formación y Álvaro Cruz, del equipo Construcciones, con un crono de 1:26:47 y 1:28:05 respectivamente.

La prueba, organizada por el CD Unión Ciclista Segoviana y con 60 kilómetros de recorrido, dio comienzo en La Lastrilla a las 17:00 horas con la participación de 94 ciclistas, de los cuales 42 se clasificaron. Se daba una vuelta pequeña y otra grande a un circuito que terminaba con una rampa del 16 por ciento. De la línea de salida, los corredores se dirigieron a Pinillos de Polendos, y de allí a Cabañas de Polendos, localidad tras la cual llegaron a Agejas para posteriormente pasar a Mata de Quintanar. Bernuy de Porreros fue el siguiente pueblo que vio pasar al pelotón, que desde ahí retornó a Pinillos, Cabañas y Agejas, hasta llegar a La Higuera. El kilómetro 54 de la prueba coincidió con la localidad de Espirdo, desde donde los ciclistas se dirigieron a la rotonda del Caprabo, tras la cual comenzaron la ascensión a la meta.

En la primera parte de la carrera, hubo una fuga de Javier Peral (Caja de Ávila-Hotel Cuatro Postes) y varios corredores, aunque no llegarían muy lejos. A continuación se produciría la escapada buena compuesta por seis corredores entre los que se encontraban Diego Rubio, Efrén Carazo, Ángel Luis Sánchez (Divino Sánchez) y ciclistas de la Comunidad de Madrid. Este grupo fue perdiendo componentes hasta llegar a la rampa de meta, una subida con un porcentaje del 16 por ciento, en la que Diego Rubio dejaba de rueda a su compañero de fuga Efrén Carazo, presentándose en solitario en la línea de meta. La cuarta plaza la ocupó el abulense Jorge de Juan, del Divino Sánchez, y la quinta su paisano José Luis Saugar, del Caja de Ávila-Hotel Cuatro Postes, escuadra que se alzó con la primera posición en la clasificación por equipos.

La carrera estuvo marcada por el viento que sopló en Segovia y el calor que hizo. Estas circunstancias no impidieron, sin embargo, que la velocidad media registrada fuese de 41,723 km/h, ni que el ganador de la prueba cruzase la meta en un tiempo algo imprevisto. No en vano, la anécdota de la tarde ocurrió cuando Diego Rubio, llegando al final de la carrera, fue incapaz de ver la meta, ya que la organización aún no la había colocado en su lugar.